“El límite es el grado de destrucción de la corona del diente", asegura el Dr. Jorge Domínguez, endodoncista y vocal del Colegio Oficial de Dentistas de Baleares en un reportaje publicado, hoy, por el periódico Salut i Força. “Ha habido una época muy extraccionista y, ante el boom de los implantes, se optaba siempre por extracción + implante cuando, en muchos casos, no era realmente necesario. El dentista debe saber si es necesario o no hacer esta extracción”, añade.
No siempre es posible conservar la pieza dental original pero la odontología moderna sabe que es la mejor opción. Antes de decidir extraer un diente y poner un implante en su lugar es imprescindible ver si es realmente inevitable porque nada se ve, se siente, ni funciona tan bien como un diente natural. Siempre que sea posible, se deben considerar tratamientos para salvar los dientes propios. Nunca se debe extraer una pieza dental porque sea más fácil o más rentable. La falta de dientes puede provocar que otros dientes se desplacen, afectar a la capacidad para masticar correctamente y alterar la forma natural de sonreir.
“Existe un concepto denominado propiocepción, o sea, la sensación de tener tu propio diente en la boca. Cuando te ponen un implante te falta el ligamento periodontal que es como un amortiguador. La sensación no es nunca la misma en piezas originales o en prótesis. No es lo mismo a la hora de masticar, por ejemplo”, aclara el Dr. Domínguez.
Accede a toda la información en Salut i Força.
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