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Sobre las dolencias más comunes

¿Molestias al comer o beber algo frío o caliente?

Muchas personas notan un dolor muy desagradable al ingerir algún alimento muy frío o caliente o incluso al aspirar aire frío. En estos casos generalmente se debe o bien a que padecen hipersensibilidad o bien a que tienen una caries o una fractura en el diente que deja al descubierto el nervio del diente. Ante estos síntomas lo aconsejable es acudir a nuestro dentista para que determine la causa y nos aconseje el tratamiento a seguir.

Caries o una factura en el diente. Suele ser un dolor puntual en una de las piezas dentales.

Hipersensibilidad. El dolor suele ser generalizado en las piezas dentales al beber o comer algo frío o caliente y, en ocasiones, tan solo aspirando aire frío o con roce del cepillo. Es una dolencia que afecta mucho a la calidad de vida de la persona porque dificulta comer ciertas cosas. Además, la hipersensibilidad dificulta una buena higiene bucal.

Causas: Generalmente, el desgaste del cuello del diente, la retracción de la encía, el cepillado traumático o determinados hábitos alimentarios como el consumo de refrescos.

 

Prevención: Evitar un cepillado enérgico y pastas abrasivas.

 

Consejo del dentista: Acudir a la consulta de nuestro dentista de confianza, quién nos indicará cuál es el mejor tratamiento para dicha dolencia (barniz, empastes, adhesivos, etc.). Además, es aconsejable utilizar pastas especialmente indicadas para la hipersensibilidad (Estas se pueden encontrar en la farmacia).

¿Podemos esperar para empastar un diente?

Cuando más rápido se empaste un diente menor será el daño causado en él. Aun así, no se trata de una intervención que sea vital realizar el mismo día que se detecta. A pesar de ello, debemos tener en cuenta que cuando más tiempo pasa, la caries se hace más grande y cuando se empasta mayor superficie dental estará formada por sustancia artificial y no olvidemos que no hay ningún material tan resistente como el del propio diente sano. Además, las caries son altamente contagiosas, con el tiempo aumenta notablemente la posibilidad de contagio con las otras muelas que tiene a los lados.

¿Una caries puede crear una infección en la boca?

La caries es una infección contagiosa que puede pasar del diente a la boca. El mayor problema de la caries es que es altamente contagiosa, por eso se recomienda eliminarla lo antes posible a través del diagnóstico precoz. Una caries entre dos muelas, si no se trata a tiempo, contagiará a las muelas que tiene al lado y puede llegar a la encía.

¿Pueden salir caries en muelas empastadas?

Sí. Cuando el dentista detecta una caries la quita y rellena el agujero con un material especial; por ello, puede que en otra zona de la misma muela aparezca otra caries.

¿Qué es un flemón? ¿Cómo lo detecto?

Los flemones (abscesos dentales) son acumulaciones de pus en el tejido blando que rodea los dientes debido a una infección bacteriana del nervio de la raíz del diente, o de los tejidos que lo bordean.  El origen de la infección suele ser una caries no tratada, un traumatismo en una pieza o la periodontitis.

Generalmente, los flemones se manifiestan con un dolor agudo y punzante que comienza de manera repentina y va aumentando con el paso del tiempo a la vez que puede causar mal sabor de boca y halitosis, fiebre e hinchazón de la cara, entre otras dolencias.

Si se padece este tipo de dolor es vital acudir al dentista ya que si no se trata, un absceso puede llegar a destruir el tejido óseo. El dentista posiblemente recetará antiinflamatorios y antibióticos, drenará el pus y, dependiendo del diagnóstico, podrá realizar una endodoncia. En algunas ocasiones, si la pieza está muy dañada, será podría ser necesario extraerla.

¿Por qué salen las aftas bucales?

Las aftas bucales son una pequeña úlcera redondeada e inflamada con bordes planos que suele localizarse en el interior de la mejilla, labios y lengua. Es una afección común y recurrente en ciertas personas.

Al no conocerse las causas exactas es difícil prevenirlas. Aunque, generalmente, se relacionan con el estrés, la ansiedad y el nerviosismo.

Las úlceras no son contagiosas pero las personas propensas suelen padecer brotes, incluso, dos o tres veces al año. Cuando aparece un afta suele ser más molesta y dolorosa durante las primeras 48 horas, después poco a poco disminuyen hasta desaparecer.

Los tratamientos más comunes son enjuagues con clorhexidina y productos con ácido hialurónico.

¿Qué pasa si mi lengua está blanquecina o roja?

El aspecto de una lengua sana debe ser rosáceo y con pequeños nódulos. Cualquier alteración de estas características podría indicar que existe algún problema de salud.

Por ejemplo, si  la lengua está blanquecina o tiene bultos blancos podría tratarse de una infección de hongos. Esta es más frecuente en mayores, personas con el sistema inmune deprimido o tras tomar de ciertos antibióticos. También, entre las causas más frecuentes, podría deberse a un crecimiento anormal de las células de la lengua (leucoplasia), en la mayoría de casos debido a una irritación.

Otra de las alteraciones más frecuente es el enrojecimiento de la lengua. Puede ser debido a que se padece un déficit vitamínico, la fiebre escarlata, el trastorno de la lengua geográfica u otros síndromes o dolencias.

Además de ello, los traumas, las irritaciones  (debidas a factores como el tabaco o la ingesta de comida muy caliente) o las úlceras pueden causar dolor o la aparición de bultos.

En cualquiera de los casos, le recomendamos que acuda a su dentista si el problema persiste con el tiempo para poder aplicar el tratamiento más adecuado para cada caso.

¿Tengo úlcera o llagas en la boca que no desaparecen?

Cuando las úlceras o llagas persisten durante más de dos semanas se hace necesario acudir al dentista ya que se podría tratar de un problema de salud mucho más complejo. 

¿Encías inflamadas? ¿Qué es la gingivitis? ¿Y la periodontitis? 

La encía inflamada, sangrante y rojiza suele ser señal de que se padece gingivitis. Esta dolencia es más frecuente en niños porque está ligada a malos hábitos de higiene oral (además de la predisposición genética).

Si la infección se profundiza hablamos de periodontitis y afecta a los tejidos que rodean la raíz del diente poniendo en peligro su sujeción. A la vista parece que el diente se alarga, aunque en realidad es que la encía se retrae. Es una infección más común en adultos ligada a los malos hábitos de higiene y a la predisposición genética. Por ello, las personas que conocen casos en su familia deben extremar la atención en la higiene oral y visitar periódicamente a su dentista para comprobar que siguen las pautas necesarias para evitar la enfermedad o controlarla dentro de lo posible.

Esta dolencia puede afectar seriamente a la salud general: en el caso de las embarazadas, al tener periodontitis existe una propensión al parto prematuro; durante la menopausia, se aumenta el riesgo de osteoporosis y, por último, existe una relación entre periodontitis y enfermedades cardiovasculares. La encía es una puerta de entrada de microbios a la sangre  que aumentan el riesgo de sufrir ataques al corazón. Además, se ha descubierto que la periodontitis disminuye el rendimiento muscular y la capacidad física.

Rechinamiento o apretamiento de los dientes: Bruxismo

Cada vez más gente acude a su dentista con dolores mandibulares, de cabeza o los dientes más pequeños a causa de que aprietan o rechinan los dientes con frecuencia de forma inconsciente. Una causa frecuente puede ser la tensión o el estrés: apretar los dientes es una forma de canalizar la tensión.

Esta dolencia causa un desgaste en exceso de todo el sistema que interviene en dicho apretamiento. No se manifiesta por igual en todos los pacientes y los síntomas más comunes son dolor de la mandíbula, desgaste de piezas con el tiempo o, en algunos casos, dolor de cabeza.

El tratamiento es un correcto diagnóstico que suele recomendar la utilización de una férula dental para equilibrar la oclusión y regular esta disfunción.

Respiro por la boca ¿está en riesgo mi salud oral?

La respiración oral tiene consecuencias negativas para la salud general. Por ello, su diagnóstico precoz es vital para evitar dolencias mayores derivadas de ello.

La causa principal es la obstrucción del paso del aire por la nariz. La desviación de tabique, las alergias, las amígdalas grandes y la hipertrofia de cornetes son las patologías más comunes que impiden o dificultan la respiración nasal.

Previo al diagnóstico médico existen varias señales visuales que ayudan a la detección de la respiración bucal. Generalmente, las personas que respiran por la boca suelen tenerla habitualmente semiabierta y totalmente abierta cuando duermen, por ello tienden a roncar. Además, en los más jóvenes existe una característica distintiva llamada “el síndrome de la cara larga”: el rostro de estas personas es más fino y parece más alargado a causa de un menor desarrollo de los senos nasales. Más allá de ello, existen otras señales indicadoras de la respiración bucal que serán observadas  por el dentista como es la sequedad bucal (que facilita la inflación de las encías) o la mala posición de los dientes.

Tengo mal aliento  ¿qué puedo hacer?

El mal aliento o halitosis puede tener un origen y causas muy variadas desde una enfermedad bucodental o cualquier otra patología hasta una mala higiene oral.

La halitosis oral, la más común, se debe a problemas localizados en la cavidad oral como una elevada acumulación de placa bacteriana en la lengua, problemas periodontales, sequedad bucal, infecciones víricas, bacterianas, por hongos o el hábito de fumar. En una minoría de ocasiones se debe a trastornos ajenos a la salud oral (enfermedades digestivas o hepáticas,  trastornos del sistema respiratorio, etc.).

El dentista, para su diagnóstico, le realizará una exploración teniendo en cuenta factores más allá de la salud oral, como los hábitos y el estado de la salud general.

Para tratar la halitosis se debe disminuir el número de bacterias que lo producen y eliminar los productos malolientes. Así, una vez tratadas, si existen, las afecciones orales, el dentista le recomendará la mejor actuación ante cada caso. La utilización de un raspador lingual suele ser recomendada como base habitual del tratamiento.

¿Qué causa el cambio de color de los dientes? ¿Qué hace que nuestros dientes no sean blancos?

El color de los dientes viene determinado genéticamente, pero en ocasiones se ve alterado por circunstancias externas o internas. En algunos casos se debe al consumo de tetraciclina durante la infancia, lo que convierte el blanco en marrón o grisáceo. Otra de las causas es la alteración en la formación del esmalte (capa exterior del diente) deja el diente con un color blanco tiza. Entre los factores más comunes encontramos también el exceso de flúor (fluorósis) que causa unas rayas o una coloración marrón en el diente.

Además, existen otras causas internas del diente. Por ejemplo, si el nervio de dentro del diente se necrosa, pierde su vitalidad (generalmente a causa de un golpe) y no lo nutre este adquiere un color gris.

Otros factores determinantes muy comunes son ciertos hábitos como el tabaco, la coca-cola o el café.

¿Cómo recupero el blanco de los dientes?

Depende de las causas. Los blanqueamientos dentales, siempre realizados por profesionales dentales, son una solución posible. Dependiendo de la causa, únicamente el dentista sabrá cuál es el tratamiento, duración e intensidad más adecuados. Por ejemplo, en los casos en los que la causa es la pérdida de vitalidad del nervio, se debe realizar una endodoncia previa al tratamiento.

En los casos en los que el blanqueamiento no es suficiente existen otras soluciones como son las carillas dentales (capa artificial  sobre el diente) o, si estas no están indicadas, se puede recurrir a realizar coronas completas.

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